(Una entrevista de Javier Navascués) –
Amadeo Santiago Muñoz es graduado en Publicidad y Relaciones Públicas y también en Psicología, con un Máster en Diseño Gráfico y Creatividad Digital y formación como terapeuta en el Método Tomatís. En la actualidad está dedicando por completo su tiempo y recursos en hacer crecer este proyecto de apostolado del canto gregoriano que acaba de lanzar, a la vez que ofrece sus servicios como cantor litúrgico y formador en gregoriano.
Les invitamos a entrar en su nueva web y en su canal.
Las personas interesadas en el canto gregoriano y la liturgia tradicional pueden contactar en el siguiente correo: contacto@verbumgloriae.es
Amadeo ha sido uno de los tres profesores del curso. Reflexiona con nosotros sobre la experiencia.
¿Cómo valora el primer Curso de Canto Gregoriano organizado por NSC-España?
Como todas las actividades que viene realizando NSC-España hasta el día de hoy, un éxito rotundo. Un éxito por que, todos los que hemos asistido, independientemente del nivel de conocimiento musical o de canto gregoriano previo, hemos podido experimentar lo que es cantar al Señor un cántico nuevo. Y rotundo por que, para ser la primera edición, el número de personas que ha asistido ha sobrepasado toda expectativa.
¿Qué ha supuesto para usted ser profesor del mismo?
Ha sido toda una bendición. Poder transmitir el amor a Dios a través del canto gregoriano a otros hermanos en la fe y ver cómo se contagian del mismo, no tiene precio. ¿Hay acaso algo que una más al hombre que cantar unos con otros?: El hacerlo para alabar a Dios. Haber podido aportar mi granito de arena en este curso, para mí personalmente, es una confirmación más de que vive Dios y de quiere lo mejor para nosotros.
Cabe destacar la grandísima participación y el gran ambiente vivido.
Sí, como dije antes, el número de asistentes sobrepasó toda expectativa, el entusiasmo, las ganas y el esfuerzo que todos han puesto las han sobrepasado aún más. Y esto se ha visto plasmado en lo verdaderamente solemnes que han quedado todos los oficios que hemos preparado y cantado juntos.
¿Cómo se han distribuido los diferentes niveles?
En el formulario de inscripción del curso se preguntaba por el nivel de participante. Si tenía algún conocimiento musical o no, si tenía alguna noción de gregoriano o si ya lo cantaba. Y en función de estas respuestas y del volumen de cantos a preparar, se distribuyó a los participantes en tres niveles, iniciación, intermedio y avanzado. Así, todos, según su capacidad y nivel, han podido aprender los cantos tanto de las misas como de los oficios que hemos cantado los días del curso.
Sin duda, la gente lo ha aprovechado mucho, incluso gente que no sabía nada ha acabado cantando con un nivel aceptable.
Oír a tantos cantando a la vez, fruto del entusiasmo y del esfuerzo que han puesto, y sabiendo que para muchos cantar gregoriano era totalmente nuevo, ha sido verdaderamente emocionante. Todos hemos dado gloria a Dios con nuestras voces y no me cabe la menor duda de que el cielo es partícipe de nuestra alegría.
Todos han acabado muy contentos y con ganas de repetir la experiencia.
Todos con quienes he podido hablar me han transmitido esto, y me consta que a los otros dos profesores también les han dicho lo mismo. Ciertamente se podía ver en las caras la alegría y las ganas de más, hasta el punto de que algunos ¡ya en la despedida del curso estaban preguntando cuándo sería el siguiente!
Háblenos de la importancia de la formación en el canto de los seglares para enriquecer la liturgia.
Es que, como fieles, aprender por lo menos ¡lo mínimo! de canto gregoriano abre las puertas a toda una nueva dimensión de alabanza en la propia liturgia. No es que escuchar activamente no te haga participar de ella, pero, desde luego, cantar en la misma nos une de una manera muy especial con Dios. Por eso nos exhortan nuestros Padres a cantar salmos, himnos y cánticos de alabanza, así que, ¡hagámosles caso!
¿A qué cree que se debe este interés/crecimiento por el canto gregoriano y por recuperar la sacralidad de las ceremonias litúrgicas?
A que Dios nos está llamando. Nos está llamando a reinstaurar todo en Cristo. Y más aún en estos tiempos, donde el mundo va cuesta abajo y sin frenos, arrastrando a tantas almas. Hay mucho por lo que reparar y por lo que que adorar. Y para eso necesitamos lo mejor. Nada de sucedáneos, sino lo más puro y sublime, lo más opuesto a lo que nos ofrece el mundo: santidad. Por eso es que Dios está inspirando esta necesidad de recuperar todo lo santo, todo lo sacro y todo lo que le da mayor gloria. ¡Y no es más que por nuestro bien!