Sobre la concentración en Pamplona a favor de la Hispanidad
Les escribo en relación con la concentración que ha tenido lugar en Pamplona con ocasión del día de la Hispanidad el 12 de Octubre.
Para comenzar, la hispanidad en los cinco continentes donde se expandido y ha civilizado a sus gentes, ha sido capaz de crear nuevas culturas y de hacer grandes aportes a la cultura, ciencia y arte. En todos los lugares donde ha estado la monarquía hispánica ha sido capaz de mejorar la cultura y situación anterior.
Sin embargo, la hispanidad es más celebrada en tierras descubiertas que en la vieja España, donde a menudo las tendencias exclusivistas e indigenistas tienen más fuerza y el amor por la patria grande hispánica es menor.

En Navarra, el odio hacia la civilización hispánica viene desde el nacionalismo vasco. Éste es un odio que se basa en el rechazo a una conquista de una fuerza extranjera castellana al reino navarro.
Por un lado hay que responder a los nacionalistas vascos que la cultura navarra ha sido española desde el primer momento de su existencia. Como decía Unamuno “Somos los vascos, por ser vascos, dos veces españoles y en español está lo que hemos hecho de duradero. El español ha sido nuestro lenguaje articulado”. El ser navarro está tejido íntimamente con el ser español, quitar las fibras españoles del tapiz navarro es deshilarlo completamente.

Por otro lado hay que responder al centralismo españolista de tendencia jacobinizante que la cultura navarra dentro de la hispanidad es diferente de las demás, tiene un idioma propio, el euskera y tiene una tradiciones jurídicas, políticas y culturales diferentes. Hay que rechazar por lo tanto el centralismo absorbente que busca anular la propia, justa e histórica autonomía de esta tierra foral por excelencia.

Siguiendo, la concentración, en concreto, ha tenido lugar en la plaza del vínculo de Pamplona. Una elección de lugar adecuada que además de ser un lugar céntrico, nos recuerda los vínculos que nos hermanan con el resto de naciones hispanas.

La convocatoria de la concentración ha sido apartidista, por lo tanto ha tenido concurrencia de muchos movimientos y manera de pensar con presencia en Navarra. Alrededor nuestro ha estado la jauría intolerante del nacionalismo vasco gritando y amenazando con la violencia a los presentes. Carentes de argumentos sólidos, ésta gente recurre al insulto y a la amenaza para suplir graves carencias en su propio movimiento. ¿Hacia dónde va su movimiento?: Hacia su extinción y a la nada más absoluta. Sus propios políticos han destruido lo que pretendían defender y no queda más sincero defensor que el tradicionalismo político. Movimiento que buscan erradicar de manera cainita.

Por otra parte, ha habido presencia de otras formaciones políticas de las que el tradicionalismo se diferencia en que nuestro amor a España no surge de un apego a unos burócratas con la bandera de España o porque nos guste validar un socialismo nacional a la española, sino de la defensa de un bien común que es nuestra esencia hispana. Ésta esencia es popular, va de abajo a arriba, de ninguna manera compatible con el uniformismo legalista y cultural de la revolución. Apoyamos la recuperación de la autonomía de la familia, los pueblos y las profesiones. No queremos, por ejemplo, que un parlamentario madrileño ate de pies y manos a los agricultores navarros con regulaciones absurdas hechas desde el despacho de un urbanita que no entiende el campo, sino que los propios agricultores puedes regular su propio oficio, sin interferencias de fuera. Por muy “españolito” que se sienta y muchos golpes de pecho que se de con la bandera de España.
Mucho más incompatible con el gobierno desde el Escorial de una dinastía liberal, bastarda que ha conseguido el trono robándoselo a aquellos reyes españoles que legítimamente vienen reclamando desde entonces aquello que les corresponde por justicia. Dinastía legítima condenada al exilio, a la que desde el carlismo hemos apoyado y defendido con todos los medios disponibles porque sabemos que es el verdadero fundamento de una corona española unida.

Destacaría la presencia de la Asociación Cubana en Navarra en el acto. Ellos han hecho una valiosa alocución a favor de la hermandad entre los pueblos hispánicos enraizada en una cultura y fe común.
Es muy importante aprender de los crímenes de la revolución en nuestros países hermanos para motivarnos a no dejar jamás a la revolución replicar semejantes atrocidades en nuestro suelo.
Para terminar, agradecer a los asistentes del acto por su valentía de plantar cara a favor de la hispanidad. Cuánto más unidos estemos como hispanos frente al mundo anglosajón hostil, más conseguiremos y más cercanos a nuestra verdadera esencia católica y española estaremos.
Y que, tanto el radicalismo indigenista del nacionalismo como el nacionalismo españolista ortopédico tienen sus raíces en la anticatólica y antiespañola revolución francesa, hija del protestantismo y madre de todos los males que hoy en día asolan España.

Es hora de dejarse de ideologías extranjerizantes y unirse bajo la bandera de la legitimidad, verdadera heredera de la Hispanidad que conquistó el mundo entero.
3 comentarios en “Sobre la concentración en Pamplona a favor de la Hispanidad”
I. Caballero
Este Carlista donostiarra SIEMPRE contigo, David y con todos vosotros.
Que Dios os bendiga y os proteja
Un saludo y muchas oraciones desde Bélgica
Un solo REY, CRISTO
Viva Cristo Rey
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO
Ramón de Argonz
Muchas gracias, David.
Barkinon
Hay que dejar de ir con la bandera roja y amarilla que por un lado fue solo la bandera de la armada y por otro lado de los liberales Los carlistas no llevamos esa bandera en nuestras guerras que además solo llevaba los cuarteles de Castilla y León. Esa bandera estratégica y tácticamente supone un lastre para hacer política. Llevemos solo las de las Aspas y la de Navarra.