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25 de julio de 2024 1 / / / / / / / / / /

Tendencias, futuro-presente tecnológico y acompañamiento de la moral católica de estos caminos.

(Tomás José Díaz de Villegas Aranaz-Maldonado) – 

Un planteamiento moral de la industria. Si observamos la realidad, existe Dios creador. Que nos deja participar de la transformación de la materia. Esta transformación de la materia o de su posición espaciotemporal puede hacerse con buenos o malos fines.

Si observamos la industria, groso modo, la podríamos clasificar en diferentes tipos:

  • La industria de la información.
  • La industria sanitaria.
  • La industria del transporte.
  • La industria de la defensa.
  • La industria de producción de objetos para uso doméstico o del hogar.
  • La industria eléctrica o energética.
  • La industria de maquinaria para producción en serie.
  • La industria informática.

Arriba, tenemos muy por encima una clasificación sencilla. Los retos a nivel moral en cuanto a las anteriores clasificaciones son muchos, tantos como operaciones dentro de cada uno de dichos sectores se realizan. Voy a exponer unos retos que actualmente considero principales.

En la industria de la información.

Actualmente existe una gran industria de la información, que es una de las cuales puede beneficiar más al apostolado. Sin embargo al lado de este gran beneficio de apostolado existen muchos riesgos. La cuestión de la censura de internet, con el ingente aparataje de información que tiene. Y todos sus canales: las webs, los blogs, Youtube, Twitter, Facebook, Amazon, Instagram, etc. Todo este engranaje de priorización de la información a nivel moral plantea la cuestión del control de lo no moralmente publicable.

La industria sanitaria.

Efectivamente hemos visto que los protocolos hospitalarios a veces se ponen por encima del principio de que un médico esté para salvar vidas. Esto lo hemos visto en la plandemia. Aquí se abre un campo de actuación a nivel moral muy amplio, donde queda mucho por hacer, donde la obsesión del gobierno por hacer ensayos, controlar o disminuir a la población deba tener unos resortes de seguridad, para que las ansias de unos no acaben con la población. Incluso a la iglesia le ha sobrepasado este tipo de crisis mundial. Mucho por hacer.

La industria del transporte.

En cuestión de barcos, aviones, trenes, coches, patinetes, etc. También hay mucho por definir. A nivel moral, los tipos de combustibles, el coste de oportunidad, los vertidos en que aguas, la obsesión de la gente por viajar por el hecho de viajar, los destinos turísticos que son inmorales persé por el objeto del viaje, el exceso de legislación en las carreteras, el término justo en el uso de peajes o trenes, de la necesidad de estatalizar los transportes o no, etc. Muchos temas por discernir, una sociedad católica que no actuara puramente de forma mercantil, ayudaría a discernir mejor el bien común en cada cuestión.

La industria de defensa.

Aquí se necesita amplio desarrollo, pero con prudencia. No vaya a ser que el pacifismo deje indefenso a toda la cristiandad. De la necesidad de expertos en moral en cuestiones bélicas.

La industria eléctrica o energética.

Del desarrollo de departamentos que hicieran discernimientos en la toma de decisiones energéticas cabría esperar una mejora incluso de la propia tecnología o de las propias decisiones, ya que estas no se tomarían únicamente teniendo en cuenta el factor de la oferta y la demanda, sino que se considerarían muchos más factores que darían a lugar a una mejoría de la sociedad en conjunto, y por tanto de la propia industria energética. Esta consideración moral, mejoraría la motivación de las investigaciones tecnológicas por ahondar más en el conocimiento de la creación de Dios, mejoraría las condiciones trabajo de riesgo de los electricistas, mejoraría los ajustes de precio finalista de la electricidad para la población y las oscilaciones, mejoraría las grandes operaciones de compraventa ya que existiría un juicio menos cardíaco y más prudencial, mejoraría la cultura de la batería, donde también existiría por subsidiariedad una confianza en las capacidades de la población, y por seguridad hacia la población y hacia posibles cortes de luz se permitiría una menor dependencia de la cultura estatalista de la energía, lo cual devengaría en una mejor eficacia de la población ante catástrofes, etc.

Industria informática.

Esta industria de ordenar la información, tiende hacia una mayor sencillez en los sistemas de uso. Cada vez se puede hacer más con menos, ahorrando mucha labor administrativa.

De la industria de la maquinaria para la producción en serie.

Vienen cambios muy bruscos. Estamos viendo como la robótica avanza. Hay en países donde ya los trabajos más básicos los empiezan a llevar a cabo robots que con su apariencia pretenden una suplantación incluso de las formas humanas, para que los robots, parezcan personas. Existe aquí un amplio campo de desarrollo a nivel moral, donde tendrán que existir muchos expertos en estas cuestiones. Es consolador ver que en muchas guerras se respetan los códigos católicos de la guerra, por que existan unas simples normas. Legislar con prudencia, para que sea asumible, puede ser beneficioso. La gran cantidad de puestos de trabajo que dejarán de existir por el avance de la robótica… también habrá que ver que hacer con ellos. Decía Elon Musk que habrá tantos robots haciendo todo, que la gente no tendrá que trabajar. Esto no me lo creo. Si que se pueden estimar unas tendencias.

  • Agricultura. Existe una tendencia a la robotización de los tractores, pasando el agricultor a estar detrás de una pantalla y a lo que antes era un mercado atómico convertirse en un mercado de unos pocos. Esto dará a lugar a vivir nuevos “Egiptos”. Lo que hará más necesaria que nunca la idea de foralidad, que surgirá de forma espontánea como reacción ante el despotismo alimentario. Por ende la asociación agrícola tomará peso.
  • Ganadería. En ganadería, la tendencia ahora es a fabricar la carne. Existe una gran imprudencia de “los mercados” o las empresas, o las instituciones de sanidad, en la permisividad, al dar acceso al consumo general de este tipo de producción de los alimentos en fábricas, carne fabricada. Esto podrá devengar si no se frena, en la desaparición de algunas especies animales al nivel que las conocemos hoy en día como animales de ganadería. Es una imprudencia la implantación de esta tecnología en el consumo, por no saber los efectos perjudiciales para la salud que pueden traer. En mi opinión, el cuerpo reconoce el plástico cárnico y hay parte de esa transformación de materia, que no es asimilable por el organismo o al que el cuerpo humano va a reaccionar mal, en el largo plazo.
  • Transporte. En términos de transporte, los coches eléctricos parece que en global conllevan un mayor gasto, la industria está arrancando, es nueva, el uso de las economías de escala hará en mi opinión que esta tecnología abarate su coste en un futuro no muy lejano cuando las baterías de litio puedan abaratarse en extracción. Tiene sentido este cambio por la deslocalización de la contaminación de los núcleos de población, sin embargo esto es hablando a largo plazo. Sin embargo ahora estamos en una etapa en la que si se obliga a la población a la implantación por la fuerza de estas tecnologías y a la restricción de la entrada en determinadas ciudades, estamos fastidiando a muchas familias que por su economía no pueden comprarse un coche cada vez que al gobierno le da por querer hacer un cambio legislativo.
  • Defensa. En materia de defensa, también estamos viendo avances en términos de drones, robots, etc.
  • Sanidad. A futuro la sanidad. Con el nivel tecnológico nanoscópico… da lugar posiblemente al campo de mayor desarrollo de todos. Esto presenta tantísimos riesgos y muchos beneficios. Será necesario que existan grupos de personas amplios con vocación por este tipo de estudio tan complejo que desarrollen normas, de lo que se puede y lo que no se puede hacer con respecto a los medios y a los fines.
  • Información. Los medios de mayor acceso, como  Google, Instagram y Facebook, etc. Que ya superan ampliamente a la televisión, tendrían que tener en sus departamentos de censura y priorización de la información expertos en materia moral católica, para que estas redes no fueran la tumba de la sociedad, ni promotores de la herejía y el error. Urge la censura total del porno en internet y el cierre de todas las empresas que se dediquen a eso. Así como un control más estricto del pudor en las redes sociales. Instagram y Netflix es pornográfico en gran medida, porque la sociedad no tiene filtro, y el filtro de Instagram en materia de desnudos es como si no lo hubiera. Las antiguas plazas, son hoy, en parte las redes sociales. Pero en otra parte no. La doctrina verdadera de Cristo, la católica tradicional, tendría que hacer más por estar más presente en las redes y en internet. En todos sus términos (Google), y en las zonas de máxima audiencia (Instagram, Twitter). Son plazas en las que hay que estar. Sin descuidar la implantación que tiene ya geográfica la iglesia, esa nunca dejará de ser necesaria. Los sacerdotes que hacen labor en redes sociales, Youtube, etc. Me parece estupendo, aquellos sacerdotes que no predican socialismo, liberalismo, modernismo, arrianismo, etc. ¡Claro está!
  • Electricidad. Podría ser que se diera con instalaciones de autoconsumo, placas, etc. la “autosuficiencia” eléctrica de cada individuo sin tener que depender de la red. Sin embargo hablando de gran industria donde hay mucho consumo, la carencia de centrales nucleares en unos países, dará lugar a la dependencia de unos países de otros en términos de energía. Como el factor del desarrollo industrial es un factor determinante en la supervivencia de las sociedades actuales, a futuro la carencia de medios de gran producción eléctrica opino dará lugar a la dependencia energética de otras potencias.
  • Construcción. Existe una tendencia a la estandarización. Al alejamiento de lo bello e otras épocas. Y a la construcción modular en arquitectura. Veremos en los siguientes años una reducción en el coste de la construcción posiblemente de las viviendas, un acceso más fácil a las viviendas. En un medio plazo. Esto desbalanceará la distribución de las grandes riquezas actuales, que están sustentadas en el mercado inmobiliario, tenemos por delante un futuro incierto, sobre quién llevará la voz cantante. Tiene bastante pinta de que la robótica nano aplicada al tema alimentario y al tema sanitario, es por donde están yendo los tiros. Habrá que hacer un esfuerzo moral por decir algo o bastante incansablemente en estas materias. Y a la vez que se está desarrollando tecnología del mal en estas vías, desarrollar contra medidas en estos ámbitos de mal desarrollo, a nivel preventivo. Para esto la buena moral católica tendrá que estar muy presente en los laboratorios de investigación, para que algún loco no vuelva a hacer intentos de aniquilar a la mayor parte de la población sin que nadie se de cuenta.

En resumen, nos espera un futuro de bastantes cambios, ante los cuales la fe católica tendrá que ir respondiendo. Efectivamente hay un giro en la sociedad, como ya se dio en la revolución industrial, hacia la robótica, y lo nanoscópico. Se necesitará por parte de la moral un amplio desarrollo en estas materias. Sin dejar de lado el acompañamiento de la fe católica al asesoramiento al empresario y a las grandes organizaciones en materia moral. Moralistas especializados en empresa. El nefasto liberalismo económico, ha hecho mella en la sociedad, dejando de lado el recordarle al empresario que no puede acometer negocios inmorales.

Los carlistas tendremos que ir opinando en la medida que podamos de todos estos cambios que irán aconteciendo, e intentar que Dios triunfe, anticipándonos a las materias que haya que tratar, y otras veces dando un veredicto o poniendo un límite a toro pasado. 

Si alguien ve fallos en el anterior planteamiento con respecto a la fe católica, que los diga por favor. 

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Un comentario en “Tendencias, futuro-presente tecnológico y acompañamiento de la moral católica de estos caminos.

  1. UN LECTOR

    Buenas noches:

    Gran artículo que trasluce, espero no equivocarme, la inquietud intelectual y la reflexión práctica, ambos de profundo calado, del autor.

    Limitar el tenor del articulado carlista en cualquier medio de comunicación a los temas manidos; que por importantes no dejan de ser manidos, nos puede conducir a una burbuja en la que “podremos” sobrevivir, pero no vivir en la sociedad actual y en la, de forma incipiente, asoma por el horizonte con cambios brutales.

    Sí, no me importaría que éste fuera el preludio de otros en sentido similar. No diré que estoy de acuerdo en todos los aspectos que analiza, pero sí diré que ese desencuentro debiera desarrollarse dentro de la Comunión con fuerza imparable. Adecuarse a los tiempos sin cambiar la esencia carlista es difícil, muy difícil, pero el autor plantea esa necesidad –eso he creído– con el presente artículo. Como ejemplo está la pornografía. Obviamente, alejar a los niños de esa lacra es obligación ineludible, pero cuando analiza el contexto con personas adultas, discrepo: Dios me ha dado el libre albedrío para escoger el buen o mal camino. Doy por hecho que al autor discrepa, a su vez, conmigo. Pero, bueno, donde quiero poner el foco es en lo que me ha parecido era la idea del autor (espero no errar mucho): iluminar el camino del carlismo por una senda que trata de hacernos seductora con este excelente artículo.

    Espero que haya segundas, terceras…, partes.

    Atentamente,

    Responder

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