Seguir el blog (Follow.it)Tuitea – Que alguien haga algo (nº 34)
Tuitear es escribir pero no exactamente. Es hablar, y escuchar, y señalar, y aplaudir o denostar, y difundir. No es fácil explicar la innecesaria existencia de Twitter a los profanos. No pasaría nada si esta red social no existiera. Pero existe, y pasa. Es una herramienta y como tal resulta útil cuando hay proyecto y buena intención. A veces se parece a gritar una sentencia, subido en una silla, en medio de una plaza pública. Que lo mismo podría causar risa que estremecer una conciencia. Otras veces es jugar con el azar, arrojar al mar una botella con mensaje soñando que será como un genio y que concederá tres deseos el día que sea abierta. Twitter es el mundo de los aforismos, de las greguerías, de los chistes, de las simplezas, de los proverbios, de las quintaesencias. Es también una colección de etiquetas, de letreritos propagandísticos, de dedos que apuntan al vídeo que hay que ver, a la imagen o a la persona que hay que criticar, a la fecha en la que hay que movilizarse. Twitter es como una navaja suiza, está lleno de diversos usos posibles. El tiempo dirá si vence su parte más humana, la de los tuiteros con corazón y cabeza que discuten con elegancia o si es finalmente arrollada por los tuits robotizados o por la basura propagandística. Comparado con otras redes sociales más endulcoradas twitter, en su falta de espacio para la diplomacia, es un territorio propicio para la polémica, la hostilidad y la suspicacia. También para la crudeza y las meteduras de pata… y las rectificaciones.
Si no estás en twitter no te pierdes nada. Pero si estás actúa en consecuencia. Tuitea y retuitea. Te ayudará a pensar, a argumentar, a conocer los temas del momento. Puede que llegues a ayudar a otros si te aplicas en la tarea de difundir la verdad, esté donde esté. Sería mucho decir que tuiteando se entiende la gente, porque a veces se confunde más de lo que estaba, pero merece la pena explorar ese rincón de internet. Piensa que al fin y al cabo, detrás de cada tuit -incluso detrás de los bots rusos- hay una persona.
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