Seguir el blog (Follow.it)Un nuevo retrato de Don Alfonso Carlos I, obra de Carmen Gorbe
El Museo Carlista de Madrid ha incorporado a sus fondos un magnífico retrato del rey carlista Don Alfonso Carlos I, obra de la pintora Carmen Gorbe Sánchez. Con ello, la artista aragonesa completa su trilogía de reyes carlistas, añadiendo el retrato del último miembro de la dinastía legitimista a los previamente realizados del conde de Montemolín (Carlos VI) y a sus dos retratos de Carlos VII, de paisano uno y de uniforme el otro, todos ellos expuestos igualmente en el museo escurialense, como también el que realizó de la reina Doña Margarita de Borbón-Parma.
La vida de Don Alfonso de Borbón y Austria-Este, reducida tras el final de la Tercera Guerra (1872-1876) prácticamente a su quehacer privado en su residencia “Villa Nieves” de Graz (Austria), cerca de su madre, y haciendo frecuentes viajes por todo el mundo, explica que sean muy pocos los retratos al óleo que conocemos de él, lo que da especial interés al que ahora presentamos. Se trata, como es el caso de los existentes hasta la fecha, de una imagen del Alfonso Carlos anciano, cuando los derechos sucesorios pasaron a él a la muerte de su sobrino Don Jaime en 1931 y se convirtió para sus partidarios en el rey Don Alfonso Carlos I.
En cuanto a los retratos que conocíamos hasta la fecha, el primero es uno de esos cuadros de autor y paradero desconocidos, de cuya existencia no sabemos más que por una fotografía, que a duras penas puede darnos una idea del retrato original. Don Carlos, con su característica barba blanca, aparece con imagen tres cuartos vistiendo un uniforme con charreteras y con lo que parecen los entorchados y fajín con cordones de mariscal de campo, luciendo en su cuello la insignia del Toisón de Oro y al pecho la banda y placa de la Orden de San Fernando (?) y seis condecoraciones, que no nos es posible identificar. Con la mano derecha sujeta el bastón de mando, mientras que la izquierda se apoya sobre su sable.
Un retrato similar, de mayor calidad técnica pero cuyo autor también desconocemos, formó parte del Museo de Recuerdos Históricos de Pamplona, y se conserva hoy en una colección particular de la capital navarra. Se trata en este caso de un cuadro de grandes dimensiones, en el que Don Alfonso Carlos, en figura tres cuartos, aparece posando junto un trono de madera labrada, con la corona real en el vértice, y tapicería granate adamascada, en el que se apoya su boina blanca. El Pretendiente, ligeramente girado hacia la derecha y con la cabeza y mirada dirigidas al espectador, viste el mismo uniforme que en el cuadro anterior, de botonadura simple y pantalón blanco, y luce las condecoraciones concedidas en la Tercera Guerra Carlista en el Ejército de Cataluña y Centro: la de Berga (1873), primera a la izquierda de la imagen, con cinta roja; la medalla de Carlos VII (1874) para generales, con cinta con los colores nacionales; y las que podrían ser las de Alpens (1873) y la de Cuenca (1874). Sobre su pecho, la banda y Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, que se acompaña con la insignia de la Orden del Toisón de Oro al cuello.
Finalmente, el último de los retratos de los que hasta ahora teníamos noticia es debido a un modesto pintor carlista de Tolosa, Roque Yarza, autor de un tríptico al óleo cargado de sentido religioso y patriótico. En tres pinturas separadas se representan SS. el papa Pio XI y el rey Alfonso Carlos I, ambos bajo un cuadrito ovalado del Sagrado Corazón de Jesús, flanqueado por un ángel y ante quien se postra un rey que le ofrece su corona. El retrato de Alfonso Carlos muestra el busto del rey carlista con uniforme y tocado de boina roja, luciendo en este caso la banda de la Orden de Carlos III, la insignia del Toisón de Oro al cuello y las mismas condecoraciones carlistas que hemos descrito anteriormente. El cuadro debió de pintarse en los primeros años treinta del pasado siglo, y pertenece en la actualidad a una colección particular.
Esta escasez de retratos al óleo de quien fue uno de los más destacados y querido de los reyes de la dinastía carlista, da especial trascendencia a la aparición del nuevo retrato de Carmen Gorbe Sánchez, resultado de un encargo para el Museo carlista de Madrid y que, por su calidad artística, está llamado a ocupar un lugar destacado en la iconografía del último rey de todos los carlistas.